Dar replay a una canción es igual que mirar un escaparate.
En cierto modo.
No sirve de nada seguir rebobinando películas, una vez que pulsas play, ésta empieza y acaba en el mismo punto, en el mismo momento y en el mismo error.
Pero, realmente, no sé si gané la partida, aposté todo y todavía no me llegan ases. El peligro del all in es que caben dos únicas posibilidades: llevarte todo o quedarte sin nada. Este transcurso de tiempo entre que repartes poco a poco y me intento convencer de que hubiera sido mejor no apostar, me está tentando a romper la baraja. No se por qué siempre tengo la sensación de que jugamos a pócker y tú solo tienes un cinco de oros. No sabes jugar, ni conoces a tu rival. Me hubiera ido mejor seguir fumando que convertirme en una ludópata empedernida.
Quiero seguir jugando.
Pero asegúrame que a partir de ahora no vale hacer trampas, que nos vamos a sentar a leernos las normas y, sobretodo, que no me vas a dar motivos para pensar que hubiera sido mejor no empezar la partida.
Y si no,
siempre habrá alguien con mejores cartas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario