domingo, 18 de marzo de 2012

Ele de libertad

Los drogadictos, cuando suben la espiral de felicidad se sienten bien, y rato después, cuando bajan, no es que se sientan mal, esque no sienten nada. Insensibles a cualquier estímulo, se cortan, no por masoquismo ni depresión, lo hacen para sentir algo y no importa que ese algo sea dolor. Así como después de estar encerrada tanto tiempo en mi misma hago esta absurda comparación de que el viento golpea contra la ropa, se cuela por las costuras y se me pone la piel de gallina, en ese momento no es frío precisamente lo que siento, sino libertad, de la que no se compra ni se vende, ni siquiera se trafica con ella, solamente en ese instante en que llega a ti la sientes, y es tan complicado de explicar que solo puedo decir que te sientes independiente, nueva, te regenera y, por supuesto, te libera. De las ataduras, de las preguntas, de los ¿y si no?, de la incertidumbre, solo sonríes y dicen que solo sabes que una sonrisa es de verdad, cuando no hay nadie a tu alrededor, aparece sola y no puedes evitarlo; en ese momento no importa si te tapas la boca con ambas manos, seguirás sonriendo con los ojos. ¿Quien no ha perdido la cabeza alguna vez?.

"I'll remember the kisses, our lips raw with love and how you gave me everything you had, how I offered you what was left on me. And I'll remember your small room, the feel of you, the light in the window, your records, your books, our morning coffee, our noons, our nights, our bodies spilled together, sleeping, the tiny flowing currents, inmediate and forever, your leg, my leg, your arm, my arm, our youth, your smile and the warmth of you making me laugh again"

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